- La Fiscalía estatal indicó que de acuerdo con la necropsia, la víctima presentaba “una fractura en la parte superior de la columna vertebral producida por la ruptura de la primera y segunda vértebra”
Ciudad de México.- Cuatro policías fueron procesados por el delito de feminicidio luego de que asesinaron a una mujer salvadoreña en Tulum, en Quintana Roo.
La Fiscalía estatal indicó que de acuerdo con la necropsia, la víctima presentaba “una fractura en la parte superior de la columna vertebral producida por la ruptura de la primera y segunda vértebra”.
Las lesiones, según el dictamen basado en criminalística, medicina forense y el material videográfico recabado, coincidieron con las maniobras de sometimiento que los agentes le aplicaron a la extranjera.
“La técnica policial de control corporal aplicada y el nivel de fuerza utilizado se realizó de manera desproporcionada, inmoderada y con un alto riesgo para la vida, ya que no fue acorde con la resistencia de la víctima, lo que ocasionó una desaceleración con rotación del cuello, violándose con ello lo establecido en la Ley Nacional sobre el uso de la fuerza”, agregó la dependencia.
Además, el jefe de la Policía del municipio de Tulum, Nesguer Vicencio, fue destituido por los mismos hechos.
Nayib Bukele, presidente de El Salvador, pidió que se castigue a los responsables. López Obrador dijo sentir “vergüenza” por el actuar de la Policía.
La ONU Mujeres condenó la muerte de la migrante salvadoreña. Además, cientos de feministas marcharon en Cancún y Ciudad de México para exigir justicia para Victoria.
Piden justicia por salvadoreña muerta a manos de policías
Feministas se manifiestan en Cancún y en la Ciudad de México por el abuso policial del sábado
Acusan racismo, clasismo y xenofobia por el homicidio de Victoria Esperanza Salazar
Cientos de feministas salieron ayer a manifestarse en Cancún y Ciudad de México exigiendo justicia por Victoria Esperanza Salazar, la salvadoreña muerta a manos de policías el pasado sábado en Tulum, Quintana Roo.
Además, los colectivos feministas, en ambas ciudades, protestaron contra la violencia sistemática que sufren las mujeres en México.
En Cancún, unas 200 mujeres acudieron al palacio municipal, donde realizaron pintas y gritaron consignas contra las autoridades.
Una de las activistas leyó un pronunciamiento en el que señaló que “no basta con detener a los responsables de los feminicidios de Tulum y Holbox”, al tiempo que exigió una limpia en las corporaciones policiales.
“Desde los trágicos acontecimientos del 9 de noviembre, las autoridades estatales y municipales se comprometieron a capacitar a los cuerpos policiacos con apego a los protocolos de derechos humanos y de perspectiva de género, cosa que evidentemente no ha sucedido. El feminicidio del Victoria en Tulum es una clara muestra de ello”, apuntó.
El 9 de noviembre del pasado año, la policía disolvió a tiros una protesta feminista en Cancún dejando tres heridos de bala.
En Ciudad de México, las feministas protestaron frente a la oficina de representación del Gobierno de Quintana Roo, ubicada en la Colonia Roma, la cual fue protegida con vallas metálicas. Las mujeres llevaron a cabo un mitin, con varios discursos, pintadas sobre las vallas y una batucada informativa para mostrar su rechazo en el caso de la salvadoreña y de otros casos de mujeres mexicanas asesinadas que han ocurrido recientemente.
“El asesinato de Victoria deja ver el racismo, clasismo y xenofobia que se vive en México, porque al ser una mujer pobre, migrante y refugiada no hay acceso a la justicia, en cambio si fuera blanca actuarían de otra manera”, señaló una activista.
Victoria era madre de dos hijas y tenía visa humanitaria
Victoria Esperanza Salazar Arriaza salió de Sonsonate, una localidad al Oeste de San Salvador, El Salvador, hace cinco años debido a la violencia de pandillas, falta de trabajo, bajos salarios y para buscar mejores oportunidades para sus hijas de 15 y 16 años, explicó su madre, Rosibel Emérita Arriaza.
Madre soltera, llegó a Tapachula, en la frontera con Guatemala, donde hizo su solicitud de refugio. El Instituto Nacional de Migración confirmó que le había sido concedido este estatus.
Posteriormente, se trasladó a Tulum, Quintana Roo, donde encontró trabajo de limpieza en hoteles de la localidad y después mandó traer a sus hijas a México.
Tenía 36 años y residía en este país con visa humanitaria, según informó el presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Bukele pidió justicia y señaló que su Gobierno se encargará «de la manutención y estudios de las dos hijas de Victoria y de todo lo que necesiten».
Todavía un año después de arribar al país tenía en su mente la esperanza de cruzar a Estados Unidos, pero veía lajana la posibilidad.